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A solo media hora de San Miguel de los Baños, y hacia el norte, encontramos La Playa de Varadero, famosa mundialmente por la trasparencia de sus cálidas aguas y lo fina y blanca de su arena. Se halla en la península de Hicacos, el cual constituye el lugar más al norte y cercano a los E.U. que posee el territorio cubano. Dicha península tiene 33 km de extensión de los cuales 22 km son de magníficas playas. La historia del lugar está ligada al asentamiento de aborígenes, los cuales dejaron numerosas huellas entre las que están las indescifrables pictografías encontradas en las cuevas de Ambrosio y Los Musulmanes. Durante los siglos XVI y XVII, los conquistadores españoles explotaron hasta la saciedad las salinas del lugar, para autoabastecerse y enviar a las colonias de México y Sudamérica. En la historia contemporánea se anota el descubrimiento por parte de la alta burguesía criolla del lugar y de figuras extranjeras, como el acaudalado norteamericano Irene Dupont, enriquecido por aquel entonces con la fabricación de dinamita, quién fundó una empresa que adquirió prácticamente la mitad de Varadero en la insignificante cifra de 4 centavos el metro cuadrado. Para poder valorar esta tremenda ganga, solo decir que una vez urbanizada, el metro cuadrado llegó a cotizarse entre 20 y 100 pesos el metro cuadrado. Es conocida la famosa casa Dupont, perteneciente al magnate, de impresionante arquitectura y a pie de playa, hoy conocida como el restaurante Las Américas. También hay historias de los movimientos de importantes gansters norteamericanos que en su momento pretendían situarse en la costa norte cubana, entre ellos el mismísimo Alcapone, quién compró una mansión a pie de playa en el mismo Varadero, se dice que con la intención de tener su Cuartel General allí para sus operaciones de contrabando, etc. hoy es un restaurante. Varadero es hoy uno de los polos turísticos más importantes del Caribe, avalada por una ancha franja de fina arena blanca y el suave descenso de su plataforma hacia el mar, detrás, una impresionante infraestructura de cara al turismo. Varadero tiene suficiente playa para dejar a un lado la masificación turística y hacer una escapada para tomar el baño a primeras horas de la mañana, es algo a tener en cuenta, sobre todo si se dispone de un sabroso desayuno a base de zumos de frutas tropicales, bocadillos, cervezas y café, llevados desde la casa para la ocasión.











La Ciénaga de Zapata es un ecosistema pantanoso con un aproximado de 300 mil hectáreas, siendo el mayor humedal del Caribe insular, con 175 km de ancho por 58 km de norte a sur. Predominan en el lugar paisajes de llanuras bajas, pantanosas y semi pantanosas, con grandes yacimientos de turba. Su vegetación es profusamente verde, por lo que el nivel estético paisajístico resulta único, donde destaca La Laguna del Tesoro y la cuenca del Rio Hatihuanico, nombre indígena y principal arteria fluvial de la zona, siendo uno de los mayores reservorios de agua dulce del país. Más al sur, la costa, con Playa Larga y Playa Girón. La zona constituye una de las áreas verdes más importantes de Cuba, a lo que se suma la importancia de sus propias especies de flora y fauna que alberga, siendo estas de interés mundial, por lo que fue declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera. Se calcula en más de 1000 especies de plantas autóctonas en las que destacan unas 130 endémicas, de las cuales 6 son locales y 14 raras o en peligro de extinción. En cuanto a la fauna hay mucho que hablar, es uno de los refugios más importantes de 65 especies de aves migratorias, de las 258 que se calculan viven en el lugar, siendo La Fermínia y la Gallinuela de Santo Tomás exclusivas de la ciénaga. Plato fuerte de la zona son las 16 especies de reptiles, entre los que sobresalen el cocodrilo cubano y americano, iguanas, lagartijas y serpientes, así como varios tipos de ranas. El cerdo jíbaro y el venado forman abundantes poblaciones después de haber sido introducidas en el lugar. La Ciénaga fue habitada por indígenas de la tribu de los Siboneyes, y después de la llegada de Colón, y durante la colonia, fue refugio de piratas; más adelante y en la etapa Republicana, fue habitada por carboneros, que hacían excelente carbón a partir de los extensos manglares, y junto a los pescadores, formaban una pequeña población de extrema pobreza. Desplazarse desde San Miguel de los Baños a la Ciénaga de Zapata lleva un largo recorrido, pero merece la pena si tenemos en cuenta la importancia del lugar, sobre todo si llegamos a Boca de Guamá y somos testigos a la hora de alimentar a un grupo de cocodrilos que tienen de muestra al turismo, se convierte en algo verdaderamente impresionante. El paseo en lancha rápida hacia La Laguna del Tesoro a través de los extensos canales, les llevará a un centro turístico que recrea una aldea indígena y se puede hasta degustar la carne de cocodrilo en uno de sus restaurantes. Más al sur se accede al mar donde se halla Playa Larga y Playa Girón. En una época del año, cuando se produce el desove de unos pequeños cangrejos del lugar, la zona se inunda de estos crustáceos creando un verdadero manto de miles de ellos que impiden hasta el tránsito de vehículos por las carreteras de acceso al lugar. No cabe dudas que visitar estos parajes es una experiencia inolvidable, sobre todo para los amantes de la naturaleza.











Las Cuevas de Bellamar, uno de los paisajes subterráneos más bellos e impresionantes de Cuba. Distante a solo 42 km de San Miguel de los Baños, en la Ciudad de Matanzas, Las Cuevas de Bellamar constituyen uno de los lugares de interés a visitar sin falta desde Villanabel. A continuación añadimos una interesante reseña que nos habla del lugar: “En todo su esplendor, el visitante podrá deleitarse con las hermosas estalactitas y estalagmitas, las formaciones cristalinas de aspecto transparente y brilloso poco común en el mundo de las cavernas. Las Cuevas de Bellamar es uno de los tantos atractivos turísticos de la provincia de Matanzas, a 100 kilómetros al este de La Habana. Están ubicadas en lo más alto de una colina a unos cinco kilómetros del centro histórico de la ciudad, famosas en el mundo entero por sus especiales formaciones, restos marinos estimados en más de 25 millones de años, su flora característica y sus leyendas. Esta joya del sistema cavernario cubano, (Monumento Nacional), fue descubierta por casualidad en febrero 1861 al sur de la bahía de Matanzas. Posee unos 23 kilómetros de túneles y más de 780 hectáreas de extensión. Cuentan que previendo que se convirtiera en refugio de los cubanos insurrectos, la cueva, uno de los más bellos paisajes subterráneos del país, estuvo cerrada por varios años, durante la Guerra de Independencia. Según The Rotograph Co., N.Y. City (Alemania). Edición de 1906: “un esclavo perdió su barreta al abrir un hueco en el suelo tratando de remover una roca de cal. Aparentemente el esclavo, y aún el mayoral, se imaginaron que la tierra se había tragado la barreta porque aquello causo espanto. Don Manuel Santos Parga, el dueño de la finca donde se encontraba la cantera de estas rocas que eran llevadas a un horno de cal que también estaba en esa localidad, pido explicaciones y al cabo de dos meses al no recibir respuestas se dirigió al lugar de los hechos. José V. Betancourt, quien narró lo sucedido en 1863, dice: “Es el caso que como Parga viese que el mayoral no obedecía sus órdenes ya corridos dos meses, un día se fue él con la gente (el mayoral y los esclavos) al punto en que había desaparecido aquella (la barreta) ordenando se trabajase allí; y apenas se había abierto un espacio de poco más de una vara, salió por el agujero practicado una gran corriente de aire repugnante de olor; caliente y como humoso; no retrajo a Parga eso, sino antes por el contrario, continuando el trabajo pudo convencerse de que aquello era la entrada de una cueva y con arrojo que rayaba en temeridad siguió ensanchando la abertura y después aventuró un descenso empleando una escala que fue preciso alargar y en llegando a lo que pareció el suelo se encontró envuelto en tinieblas. Mas como él fuese gran práctico en punto a minas, no se arredró y se propuso explorar la caverna, dominado sin embargo por la idea de que allí había algo: era Colón entreviendo el nuevo Mundo...”. Algunos investigadores plantean que la cueva era parte de la bahía de Matanzas, pero que a consecuencias de movimientos en las capas terrestres, esta zona emergió, formando las terrazas marinas que se notan en los terrenos en la ciudad de Matanzas y sus alrededores. Desde su revelación casi se convirtió en el primer centro turístico de Cuba. Una especial atención brinda, entre otras instituciones, la Sociedad Espeleológica de Cuba y la Fundación la Naturaleza y el Hombre, con el objetivo de minimizar los efectos causados por el descenso de personas a las profundidades, durante más de un siglo. Sobresalen por su belleza, el famoso Baño de la Americana, El Huerto de las Zanahorias, La Capilla de los Doce Apóstoles, Doña Mamerta y el Manto de Colón, este último de 12 metros de altura. También sobresale el Salón de las Esponjas, una galería ubicada a 25 metros bajo el Salón Gótico (a la entrada de la caverna y es una cámara de forma cuadricular y mide unos 80 metros de largo por unos 25 metros de ancho). Pero la cavidad se extiende hacia el este y el oeste logrando una longitud que sobrepasa los tres kilómetros de largo de varias galerías que corren paralelas y a varios niveles En todo ese esplendor de la Cueva de Bellamar, el visitante podrá deleitarse con las hermosas estalactitas y estalagmitas, las formaciones cristalinas de aspecto transparente y brilloso, poco común en el mundo de las cavernas; la Galería de los Dos Lagos, el pasadizo de Hatuey, el Salón de las Damas y el Lago de las Dalias.